miércoles, 21 de noviembre de 2018

DÍA 20 HONRANDO AL ESPÍRITU SANTO

DÍA 20 HONRANDO AL ESPÍRITU SANTO


"Y el Señor habló a Moisés, diciendo: Mira, he llamado por nombre a Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá. Y lo he llenado del Espíritu de Dios en sabiduría, en inteligencia, en conocimiento y en toda clase de arte, para elaborar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en el labrado de piedras para engaste, y en el tallado de madera; a fin de que trabaje en toda clase de labor. Mira, yo mismo he nombrado con él a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y en el corazón de todos los que son hábiles he puesto habilidad a fin de que hagan todo lo que te he mandado."

Estos hombres y sus colaboradores habían recibido un don o capacidad especial como artesanos. Fabricaron el mobiliario del tabernáculo y también las vestiduras. El Espíritu de Dios les preparó para su trabajo. Podría surgir alguna pregunta sobre el oficio de Bezaleel antes de que Dios le llamase para realizar esta tarea. Yo creo que su oficio era la artesanía y que él trabajaba el oro, la plata y otros materiales delicados. Pero él recibió un don especial de Dios para hacer la obra que le había encomendado.

En mi opinión, un hombre debiera trabajar en aquello para lo cual se ha preparado, a menos que Dios disponga las cosas de otra manera. Y esa debiera ser la regla a seguir por cada persona que esté dispuesta a realizar un servicio para Dios. Porque, por una parte, algunos parecen dispuestos a ir más allá de los dones que Dios les ha dado, traspasando los límites de su propia vocación y preparación. Y por otra parte, hay quienes descuidan los dones recibidos por Dios para ocuparse de tareas que les atraen más, desde un punto de vista humano.

La capacidad de Bezaleel era esencial para la construcción del tabernáculo. También a ti, Dios te dará un don desarrollará los talentos que posees. Dios nos concede dichos talentos o capacidades, pero quiere que se los dediquemos a El. Y debemos permitir que el Espíritu Santo nos tome y nos utilice.

No todos tenemos los mismos talentos y dones. Y hay cierta impresión errónea por parte de algunos, que piensan que si no pueden ejercer ciertas funciones públicas, quedan fuera de la esfera del servicio a Dios. Hay muchísimos dones que Dios concede a los seres humanos para que puedan servirle. Queda librado a cada persona el determinar cual es su don o capacidad personal. Sea cual fuere el don que Dios te ha dado, a El le agradará que Su Espíritu lo tome bajo su control y lo utilice para Su servicio.


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