viernes, 9 de noviembre de 2018

DÍA 8 HONRANDO AL ESPÍRITU SANTO

DÍA 8 HONRANDO AL ESPÍRITU SANTO


Dios quiere ver el cumplimiento de su propósito en nuestras vidas, por lo tanto nos ha ungido por el Espíritu Santo;



El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados

Red Norte El Gran Yo Soy
Iglesia del Maestro Guanare - Venezuela
Una Familia En Cristo

El tema gira alrededor de la distinción entre la primera y la segunda venida de Cristo (vv. 1-9) Se comentan también algunas de las bendiciones del Reino (vv. 10-11). Este capítulo tiene un interés peculiar porque el Señor Jesús inauguró su ministerio en Nazareth citando de este capítulo. La primera parte, como dijimos trata sobre la:

Distinción entre la primera y la segunda venida de Cristo

Aquí en estos primeros tres versículos tenemos uno de los pasajes más destacados de las Sagradas Escrituras, que nos ayuda a interpretar correctamente la Biblia. Leamos entonces los versículos 1 y 2 de este capítulo 61 de Isaías:

"El espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ha ungido el Señor. Me ha enviado a predicar buenas noticias a los pobres, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad del Señor y el día de la venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los que están de luto"

Aquí se nos presenta un sistema de interpretación bíblica. Si fuéramos a leer este pasaje sin conocer el Nuevo Testamento, no estaríamos seguros de saber de quién se estaba hablando. ¿Quién fue el que dijo "El espíritu del Señor Dios está sobre mí"? Ahora, si Él es el Señor Jesús, ¿se refiere a Su primera o a Su segunda venida? Bueno, en el Nuevo Testamento tenemos la interpretación de Dios. Cuando el Señor Jesús entró en la sinagoga de su ciudad, de Nazaret, Él leyó esta sección. Leamos en Lucas 4:16-19: "16Vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 17Se le dio el libro del profeta Isaías y, habiendo abierto el libro, halló el lugar donde está escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos y a predicar el año agradable del Señor". Ahora bien, estimado oyente, si usted lee nuevamente el pasaje de Isaías 61:1 y 2, verá que el Señor ni siquiera terminó de leer la última oración. ¿Por qué no continuó leyendo? El resto de la oración decía (en Isaías) "y el día de la venganza del Dios nuestro". ¿Por qué no citó esta frase? Observemos que se dice en Lucas que "enrolló el libro". Ésta fue una acción deliberada. El texto completo en Lucas 4:20 y 21 dice: "Enrollando el libro, lo dio al ministro y se sentó. Los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros". La profecía en Isaías hasta ese punto, se había cumplido con la primera venida de Cristo. Isaías no había hecho la distinción entre la primera y la segunda venida de Cristo, pero el Señor Jesús sí hizo la distinción. En la profecía de Isaías la pequeña conjunción "y" separó la primera de la segunda venida de Cristo, es decir, que implicó un período de más de 2.000 años de duración. Los profetas escribieron sobre la primera y la segunda venida de Cristo; ellos vieron estos dos grandes eventos, pero no supieron la extensión de tiempo que transcurriría entre ambos. El apóstol Pedro confirmó esto en su primera carta 1:10 y 11, cuando escribió: "10Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo y las glorias que vendrían tras ellos". O sea, que Pedro dijo que los profetas hablaron sobre los sufrimientos de Cristo y de la gloria de Cristo y nosotros vemos esto en las secciones primera y segunda de Isaías.

Por ejemplo si desde la lejanía contemplamos una montaña, y detrás de ella, aún más lejos se encuentra otra, podremos ver las cimas de las dos montañas, una tras la otra, como si estuvieran juntas. Ahora si nos trasladamos hasta sobrepasar la primera montaña, veremos un valle de varios kilómetros situado entre ambas. Pero si hubiéramos permanecido en nuestro primer puesto de observación, no podríamos haber sabido que había un valle y menos aún, calcular la distancia entre ambas montañas.

El profeta se encontraba mirando al futuro. Vio la primera y la segunda venida de Cristo. Quizás estaba un poco confundido. ¿Cómo podría entender que el Señor dijo que iba a consolar a los quebrantados de corazón, abrir las prisiones y, al mismo tiempo, estaba anunciando el día de la venganza de Dios? ¿Cómo podían ser ciertas ambas afirmaciones? Si el profeta hubiera estado en el momento histórico en que nos encontramos hoy, lo habría entendido. Nosotros estamos en el valle, entre la primera y la segunda venida de Cristo. Podemos mirar atrás a la primera venida, cuando vino para cumplir Lucas 4:20 y 21, y para morir en la cruz como nuestro Redentor, como vimos en Isaías 53. En algún lugar más allá del primer pico de montaña se encuentra el segundo, es decir, la segunda venida de Cristo. Sin embargo, antes de que Él venga otra vez, la iglesia será removida de la escena terrenal. En Juan 14:3 Jesús dijo: "3Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez y os tomaré conmigo, para que donde yo esté, vosotros también estéis."

Veamos la frase de Isaías 61:2 "A proclamar el año de la buena voluntad del Señor y el día de la venganza del Dios nuestro". Cuando Cristo Jesús venga a la tierra por segunda vez para establecer Su Reino, será para venganza. En el capítulo 63 veremos que pisará el lagar de la ira de Dios. No será precisamente una escena agradable y Dios nunca dijo que lo sería. Pero Cristo va a reprimir la rebelión que tenga lugar aquí en la tierra. Es que esta pequeña tierra está bajo Su control. Emerson estaba equivocado cuando dijo que las cosas estaban como en una silla de montar y determinaban el rumbo de la humanidad. Es el Señor Jesucristo quien lleva el control final. Él es el Rey y vendrá algún día a sofocar la rebelión; y ése será "el día de la venganza del Dios nuestro."

El versículo 2 continúa diciendo: "a consolar a todos los que están de luto". Inmediatamente después de anunciar el día de la venganza, Él dijo que iba a consolar a todos los que estuvieran de duelo, y a aquellos que se lamentaran por su pecado, que anhelaran en sus corazones vivir un día mejor, y que quisieran ser obedientes al Señor. Pero hoy vivimos en el día de la gracia, en los días de la proclamación de las buenas noticias, Y estas bendiciones que el Señor anunció en la sinagoga de Nazaret; como el remedio para las heridas del alma, la libertad a los cautivos del pecado, y la vista a los que están espiritualmente ciegos, forman parte del mensaje del Evangelio, y usted, estimado oyente, puede hacerlas suyas por la fe en aquel Jesús que murió y resucitó para que usted las pudiera recibir.


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