sábado, 10 de noviembre de 2018

Día 9 Honrando al Espíritu Santo

Día 9 Honrando al Espíritu Santo




ME MOSTRARAS LA SENDA DE LA VIDA; EN TU PRESENCIA HAY PLENITUD DE GOZO; DELICIAS A TU DIESTRA PARA SIEMPRE

SALMOS 16:11


RED NORTE EL GRAN YO SOY
IGLESIA DEL MAESTRO
UNA FAMILIA EN CRISTO
GUANARE - VENEZUELA

"Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu derecha para siempre".

Como podemos ver, este es un hermoso Salmo en el que se profetizó la resurrección del Señor Jesucristo y en ese carácter fue citado en el Nuevo Testamento, como hemos visto por las citas de los apóstoles San Pedro y San Pablo, que reforzaron su presentación del mensaje del Evangelio con el testimonio del rey David en el Antiguo Testamento. Siempre hemos destacado que ese fue el mensaje de la primera iglesia cristiana desde el principio, incluyendo la muerte y la resurrección corporal del Señor Jesucristo. San Pablo lo resumió en su primera carta a los Corintios declarando específicamente que esa era una revelación que él había recibido y la comunicaba a la iglesia de Corinto y a la iglesia universal. Dijo entonces en el capítulo 15 versículos 3 y 4 de esa carta: 3Primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.

Como ya hemos indicado, estos Salmos hablan primordialmente de nuestro Señor Jesucristo. Pero nos describen también la experiencia de David y ello nos ayuda a sentirnos identificados con sus experiencias al sentirse acosado y cerca de la muerte, al experimentar el perdón de Dios después de haber pecado, y al sufrir graves problemas familiares.

Pero la experiencia límite en la vida de los seres humanos es la muerte. Y David aprendería al fin que la muerte no representaría una amenaza fatal, trágica e irreversible para él porque, como revelan estos Salmos que estamos considerando, él había disfrutado de grandes bendiciones, de privilegios y una verdadera relación de compañerismo con el Señor. Por lo tanto, Dios no permitiría que la muerte, escenificada con la fría realidad de una tumba, interrumpiese esa relación vital y permanente. Y de esta misma manera, y en un sentido más amplio, más pleno, más rico en significado, esa será también la verdadera experiencia de los creyentes de todos los tiempos. Ellos y nosotros podemos decir que teniendo en la Biblia una revelación completa de la doctrina de la resurrección, pueden decir que incluso cuando mueran, Dios no permitirá que la muerte destruya esa relación plena y completa de compañerismo que tienen con el Señor. San Pablo mismo declaró enfáticamente y con confianza en 2 Corintios 5:8 que cuando los cristianos se ausenten de este cuerpo, estarán con el Señor. Incluso, como les declaró a los cristianos de Filipos en su carta, 1:23, a veces no sabía si era mejor permanecer en esta tierra sirviendo al Señor, porque también tenía deseos de partir de este mundo y estar con Cristo lo cual, como él mismo dijo, era muchísimo mejor.

Estimado oyente, esta expresión de fe es posible porque Cristo conquistó a la muerte y como también afirmó San Pablo en su primera carta a los Corintios 15:23, Cristo resucitó en primer lugar como primicias, es decir, como el primer fruto de la cosecha y después, en el momento en que Cristo vuelva, resucitarán aquellos que le pertenecen. Por ello, el apóstol dejó a los creyentes las palabras de consuelo de su primera carta a los Tesalonicenses capítulo 4 versículos 16 al 18, que dicen: 16El Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo. Entonces, los muertos en Cristo resucitarán primero. 17Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18Por tanto, animaos los unos a los otros con estas palabras. Estimado oyente, ¿tiene usted esta esperanza? ¿está seguro de que esa será su experiencia? Si así es, sin duda experimentará un gran consuelo, una gran paz. Y si no tiene la seguridad de que esta será su experiencia, le invitamos a confiar en el Señor Jesucristo como su Salvador.



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